Olé

sábado, 1 de agosto de 2009

Delirios Sentimentales

En verdad que traté, juro que no desiste, pero no puedo, simplemente sigue aquí, eres parte de mí. Y ahora me culpo por dejarte llegar tan lejos, fuera de mi balance, justo aquí fuera de mi propio alcance, me torturo con la idea de caer en mis olvidos y dejar que sólo pase, pero más aún con la idea de que estás aquí.

Alimento mi tranquilidad con vestigios de alegría que me produces, razones por las cuales sigues aquí, pero deseo con tanta ansia poder zafarme dentro el mar de rosas sin que las espinas me lastimen.

Ose seguir entre el amor, y ahora me castiga el momento de lujuria, arranque con una fuerza incontenible la llama de pasiones emprendedoras de momentos que aún recorren mi ser de tal voluptuosidad, que no es necesario más que el recuerdo en tal, para volver a enamorar.

Cómo poder amar para poder respirar, encuentro innecesario la pasión de mis amores, pero necesito respirar. Mi veneno el amor, y el placebo eres tu, sacias mis necesidades de lujurias y comprendes la inquietud de mis caprichos, pero eres más doloroso que la muerte de Cronos, y aunque como él nadie la victoria asegurada la tiene, y tan seguro de si mismo está, que una vida de ventaja te da, pero ni aún así como éste dolor se es digno para ser comparado con el amor, y es por esto que me recuesto en el lecho de mil escudos, sólo para limitar mis dudas, ingenuo y estúpido, cómo si pudiera yo alejarme del dolor por miedos, cómo para refugiarme en mis fantasías, y es que, necesito de ellos para poder saborear, el hecho de que te amo.

Mantengo esto vivo sólo por la esperanza de levantarme dentro tus rosas y saber que las espinas no rasgarán mi piel, y me llevaré entre brazos los perfumes de los pétalos que has dejado en mi, clave la mirada en ti una y otra vez, resignado ha caer en la inmensidad de tus ojos, en la belleza de tu cuerpo, en los cariños de tus manos, y espero poder verte sólo una vez más, prometo que es la última, y es que no lo niego te necesito, pero descuida es únicamente para confirmar que el amor no duele y justo cuando volteo a verte, ya no estás.

Porqué no te encuentro, tengo el pensamiento vivo, para ti, sólo para ti, no te vayas, aún no estoy listo para levantarme de este lecho de rosas, regresa, me estoy encajando las espinas, necesito de tus pétalos de rosa, esos tus brazos tan tersos, aún te puedo recordar, sí, lo sé, esos son tus ojos, no los puedo confundir, sólo en ellos me puedo sumergir en mis sentimientos de un hombre envuelto en anhelos del amor, respirando el aroma hecho de tus cabellos perfumados. Regresa, el dolo me está matando desde dentro hacia fuera, y es que te necesito, recuerdo haber dicho que te amaba, sí, aún lo veo, no tuve miedo, sólo lo dije, pero ahora las espinas duelen, y perforan las palabras, arrancan más sentimientos que los amores producidos por aquellos momentos, ahora los recuerdos no son más que dagas que se proyectan a un sólo destino.

Y dentro de las rosas marchitas mantengo el pensamiento vivo...

No hay comentarios: